¡Hola a todxs!
Espero que estéis muy bien, y que hoy vengáis con muchas ganas de aprender y conocer un poco más sobre las patologías del Sistema Nervioso. Hoy nos centraremos en la enfermedad de Parkinson, un trastorno progresivo y que afecta a todas las partes del cuerpo controladas por nervios.
Cuando pensamos en el Parkinson, lo primero que se nos viene a la cabeza son los temblores incontrolables que sufren los afectados cuando la enfermedad está avanzada. Los síntomas van empeorando gradualmente de forma paralela a la evolución de la afección; esto implica que al principio las señales de que algo no va bien pueden ser tan sutiles como el hecho de que los brazos no se balanceen al caminar, que se pierda capacidad expresiva de la cara o alteraciones en el habla.
Una vez avanza la enfermedad, nos encontramos con síntomas más variados que difieren de una persona a otra:
- Genética: se han identificado cambios genéticos específicos que pueden derivar en Parkinson, aunque son poco comunes a menos que la enfermedad esté muy extendida entre la familia.
- Desencadenantes ambientales: la exposición a ciertas toxinas o factores ambientales supone un pequeño aumento de las probabilidades de padecer esta enfermedad.
A su vez, estas causas, junto a la edad y el sexo (mayor prevalencia en hombres que en mujeres) suponen factores de riesgo del Parkinson.
Para evitar alargarnos más, os dejo aquí un diagrama en el que se exponen los diferentes roles que toman los profesionales y la familia en el cuidado de los afectados.
Y hasta aquí la entrada de hoy. Si queréis investigar un poco más, en la web de la Clínica Mayo hay mucha información muy útil.
Espero que estéis aprendiendo mucho con nosotras, y que os resulte interesante todo lo que subimos. Podréis leer la siguiente entrada, que será sobre la corea de Huntington, mañana por la tarde.
¡Nos leemos pronto!
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